¿Cómo se distribuye el Wi-Fi dentro de un apartamento?

Lo idóneo sería tener una casa cuadrada o circular para situar el foco emisor en su centro, pero esto no siempre ocurre

Se puede comprobar cómo se distribuye la señal wifi por la casa con un sencillo experimento. El usuario toma una tableta o un portátil y accede a un portal web que mida la velocidad de Internet -para tabletas y smartphones existen diferentes aplicaciones que cumplen esta función-. A continuación, se mueve por las distintas áreas y habitaciones y ejecuta el programa de medición. De esta manera, tiene un mapa mental de cuáles son las zonas con mejor y peor señal.

Con este sistema también se ve que la distribución de la señal no es homogénea. ¿Por qué? La razón son los obstáculos que puede encontrar la red wifi al extenderse. Por obstáculo se entiende los impedimentos físicos que frenan su expansión: paredes gruesas, muebles densos de madera y, sobre todo, metálicos, como es el caso de los electrodomésticos; en este sentido, la cocina es una gran enemiga del wifi. Los muros y la madera frenan la señal, pero los metales la rebotan mediante la creación de distorsiones y lo que se conoce como ruido: zonas donde la señal se hace muy inestable.

Para sortear estos obstáculos, se debe situar el router lo más alto posible y alejado de la cocina. Puede parecer poco estético un aparato en lo más alto de una estantería, pero es el lugar más idóneo para que reparta la señal. Además de sortear los muebles, permite un mayor ángulo de emisión útil. Se entiende por emisión útil la porción de señal que va dirigida a las zonas donde se necesita.

La señal wifi es esférica, por lo que si se sitúa el foco emisor en un lugar bajo, buena parte irá a las zonas altas, donde el usuario no está. Desde arriba, el wifi barre las zonas inferiores, que son las habitadas, y por tanto aumenta su emisión útil.

Por descontado, no es buena solución encerrar el router dentro de un mueble de televisor, y menos si es metálico.

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